Yo solo quiero darte esto
lo que puedo
mi alma corroída por la sal,
mi nada inmersa en polillas.
Quiero darte mi boca envenenada
y que a cambio, me dejes
acariciar tu pecho en el alba
y estar los dos
como aquél agosto,
como aquél septiembre,
como aquél entonces
cuando todo era eterno.
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